miércoles, 12 de agosto de 2009
Afilando el hacha
Mateo 11:28-29 Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma.
Un hombre muy joven llegó a un campo de leñadores con el objetivo de obtener un empleo.
Durante su primer día de labores, trabajó muy duro y logró un excelente resultado, taló muchos árboles. El segundo día, en cambio, aunque trabajó tal vez más duro que el primer día, no obtuvo mejores resultados, solo consiguió talar la mitad de árboles del día anterior.
Durante el tercer día, se propuso talar tantos árboles como el primero, pero su producción no reflejaba su esfuerzo. Golpeaba casi con furia el hacha contra los árboles, pero obteniendo cada vez menos resultados.
El capataz estuvo observándolo desde el comienzo de su labor, al ver su esfuerzo y sus resultados se acercó al joven y le preguntó: ¿Se te ha ocurrido que tal vez el hacha esté necesitando una afilada?.
El joven respondió desconcertado: "Realmente no he tenido tiempo de hacerlo, he estado demasiado ocupado cortando árboles".
¿Te has sentido alguna vez como este joven?, ¿golpeas con fuerza ese problema y no consigues una solución?, ¿le metes muchas ganas a un proyecto y no ves que se tenga ningún progreso?, ¿de pronto estás luchando con todas tus fuerzas por conseguir tener una mejor relación con tu familia?, ¿cuál es ese árbol que intentas derribar y no lo consigues?. ¿Te has preguntado si es acaso que necesitas parar ya tu afán, y preguntarte qué es lo que está pasando?.
Tú y yo tenemos muchas preguntas, andamos por la vida con afanes, estrés, rabia y finalmente todo esto nos fatiga de tal manera que no conseguimos avanzar por más que lo deseemos, haz un alto en el camino y medita en tu corazón, busca a Dios, acércate al Maestro y él te ayudará.
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