miércoles, 26 de agosto de 2009
A VECES EL LEÓN SÍ ES COMO LO PINTAN
Cuentan que una viuda pobre, que tenía un hijo de ocho años, le debía dinero a un avaro prestamista que llegaba cada semana a cobrarle. A la desdichada mujer se le hacía cada vez más difícil pagar aquella cuenta.
Un día el prestamista entró en la casa, tomó por el cabello a la pobre mujer y la emprendió a golpes con ella mientras el asustado muchachito temblaba de miedo en un rincón de la sala mirando impotente la escena.
Pasaron los años, y aquel muchacho los aprovechó cultivando el talento que Dios le había dado. Estudió dibujo y pintura, y llegó a ser un pintor de reconocida fama en la ciudad.
Un día el joven, recordando aquella ominosa escena de su infancia, describió en un lienzo al usurero que golpeaba a su mamá. La escena era real, vívida, inconfundible; los personajes fueron dibujados con mano maestra. A ese cuadro, sin duda una de sus mejores obras debido a que la llevaba en el alma antes de plasmarla en el lienzo, le puso un precio mucho más alto que a los demás cuadros. ¿Acaso no representaba lo mucho que criarlo a él le había costado a su mamá?
¡Cuál no sería el asombro del prestamista al pasar frente a la galería en que se exhibían aquellas obras de arte y verse fielmente retratado en aquella repugnante conducta! Avergonzado, le dijo a uno de sus empleados que fuera a comprar el costoso cuadro. En cuanto lo tuvo en las manos, lo hizo pedazos y lo lanzó a las llamas, tratando de destruir así ese clamor de su conciencia.
El joven pintor, al enterarse de lo ocurrido, le llevó el dinero a su mamá y le dijo: «¡Aquel malvado compró su propia imagen para destruirla, pero jamás podrá deshacer la que yo llevo grabada en los ojos desde niño!»
En la actualidad hay muchos que tratan su pecado del mismo modo en que aquel prestamista trató el suyo. Maltratan a Dios de palabra y con su conducta, y luego tratan de comprarlo con sus buenas obras y sus limosnas. Algunos de los que tienen con qué hacerlo hasta dan grandes sumas de dinero a la Iglesia a fin de acallar la voz de su conciencia, como si esa fuera la moneda con que se salda la cuenta del pecado. ¿Acaso no comprenden que la única moneda que puede saldar esa cuenta es la sangre de Jesucristo, el Hijo de Dios, que dio su vida por nosotros?
Cristo pagó el alto precio de nuestra redención para que nosotros no tuviéramos que pagarlo. De ahí que el único modo de deshacernos de nuestros pecados es confesándoselos directamente a Dios y pidiéndole perdón. Basta con que hagamos eso para que Él nos perdone y borre todos los pecados que aparecen en el lienzo que representa nuestra vida pasada.
CUESTIÓN DE HONOR
No salió montado en Rocinante, ni llevó a Sancho Panza de escudero ni estuvo enamorado de Dulcinea del Toboso. No atacó molinos de viento, ni destrozó el tablado del titiritero. Pero recorrió los caminos de La Mancha y atravesó media España. Y todo eso lo hizo para ganar una apuesta de cinco dólares.
Julio Meza, pintor de casas de Madrid, apostó a que cruzaría media España andando en zancos. Y el viaje le costó cinco meses, mucho dinero, tremendo desgaste físico y varios zancos; pero ganó la apuesta.
«No eran los cinco dólares —dijo Julio—; era el honor.»
Es evidente que todavía hay quijotismo en España. Todavía se le da importancia al honor. Todavía se defienden la virtud y la honradez. No son muchos los que se arriesgan a un viaje tan largo y fatigoso sólo para defender su honor, pero como dijo Julio: «No eran los cinco dólares; era el honor.»
Tener honor significa decir siempre la verdad. No tomar ventaja sobre nadie. No aprovecharse jamás del débil. No cambiar nunca la integridad por el ánimo de lucro. Una mujer con honor es una mujer casta, fiel, buena esposa y buena madre. Un hombre con honor es un hombre recto, justo, buen marido y buen padre.
¡Cuánto valor tiene el honor! Sobre todo en estos tiempos cuando es más importante la utilidad que la honra. Para muchos el honor es un contratiempo, una molestia, un estorbo, especialmente en el mundo de los negocios y en el de la política. Hemos llegado a tal extremo que, para muchos, ser honorable es ser tonto. ¡Esto es el colmo del desmoronamiento social! No hay justificación para tal cobardía y pusilanimidad. El ser humano, creado a imagen de Dios, ha perdido su honor, su respeto, su dignidad, su orgullo y su nobleza.
No obstante, Dios siempre es y siempre será el Señor de la creación. Y tarde o temprano el corrupto cosechará el fruto de su corrupción.
No nos permitamos nunca, ni por un instante, perder la honradez, la rectitud y la integridad. Estas son las virtudes que, a la larga, nos harán la persona amada, respetada y honrada que este mundo tanto necesita. Lo más valioso que tenemos es nuestra reputación. No perdamos esa honra por nada en la vida. Es nuestro tesoro más grande.
¿Qué puede asegurar nuestra integridad? El ser siervos, o más aún, esclavos de Jesucristo. A los pies de Cristo, que jamás pecó, aprendemos la verdadera humildad y la rectitud. Y si le damos a Él la honra que tanto se merece, Él nos honrará a nosotros, pues dijo: «A cualquiera que me reconozca delante de los demás, yo también lo reconoceré delante de mi Padre que está en el cielo» (Mateo 10:32).
Julio Meza, pintor de casas de Madrid, apostó a que cruzaría media España andando en zancos. Y el viaje le costó cinco meses, mucho dinero, tremendo desgaste físico y varios zancos; pero ganó la apuesta.
«No eran los cinco dólares —dijo Julio—; era el honor.»
Es evidente que todavía hay quijotismo en España. Todavía se le da importancia al honor. Todavía se defienden la virtud y la honradez. No son muchos los que se arriesgan a un viaje tan largo y fatigoso sólo para defender su honor, pero como dijo Julio: «No eran los cinco dólares; era el honor.»
Tener honor significa decir siempre la verdad. No tomar ventaja sobre nadie. No aprovecharse jamás del débil. No cambiar nunca la integridad por el ánimo de lucro. Una mujer con honor es una mujer casta, fiel, buena esposa y buena madre. Un hombre con honor es un hombre recto, justo, buen marido y buen padre.
¡Cuánto valor tiene el honor! Sobre todo en estos tiempos cuando es más importante la utilidad que la honra. Para muchos el honor es un contratiempo, una molestia, un estorbo, especialmente en el mundo de los negocios y en el de la política. Hemos llegado a tal extremo que, para muchos, ser honorable es ser tonto. ¡Esto es el colmo del desmoronamiento social! No hay justificación para tal cobardía y pusilanimidad. El ser humano, creado a imagen de Dios, ha perdido su honor, su respeto, su dignidad, su orgullo y su nobleza.
No obstante, Dios siempre es y siempre será el Señor de la creación. Y tarde o temprano el corrupto cosechará el fruto de su corrupción.
No nos permitamos nunca, ni por un instante, perder la honradez, la rectitud y la integridad. Estas son las virtudes que, a la larga, nos harán la persona amada, respetada y honrada que este mundo tanto necesita. Lo más valioso que tenemos es nuestra reputación. No perdamos esa honra por nada en la vida. Es nuestro tesoro más grande.
¿Qué puede asegurar nuestra integridad? El ser siervos, o más aún, esclavos de Jesucristo. A los pies de Cristo, que jamás pecó, aprendemos la verdadera humildad y la rectitud. Y si le damos a Él la honra que tanto se merece, Él nos honrará a nosotros, pues dijo: «A cualquiera que me reconozca delante de los demás, yo también lo reconoceré delante de mi Padre que está en el cielo» (Mateo 10:32).
jueves, 20 de agosto de 2009
EL DRAMA DE MARÍA
María era una bella niña de dieciséis años de edad que vivía en una de las grandes ciudades de América Latina. Una tarde ella regresó de la escuela a su casa con una honda pena. Sus padres habían salido, pero eso le era un alivio, porque la preocupación que María traía era un embarazo. A esa temprana edad María estaba embarazada y no sabía qué hacer.
Angustiada hasta más no poder, tomó una resolución drástica. Con un alambre retorcido, ella misma se hizo un aborto. Pero sufrió una fuerte hemorragia y tuvo que internarse en el hospital.
¿Qué es esto? Es el drama de cientos de miles de muchachas que como María, en plena edad juvenil —en la edad de los estudios, de los amigos y de los primeros bailes— tienen un tropiezo. Y como la naturaleza no perdona, ese tropiezo se convierte en un embarazo no deseado. Ahí comienza el drama.
¿Cómo detener esa marea creciente de embarazos juveniles? ¿Cómo curar las profundas heridas que produce? ¿Cómo ser un orientador para las jóvenes que enfrentan, todos los días, la insistencia de muchachos que no saben lo que hacen, o las inclinaciones naturales que esas jóvenes no comprenden?
Se ofrecen muchas soluciones, pero ninguna de ellas es, de veras, una solución eficaz. Todas tratan el síntoma y no la causa.
La raíz de esta tragedia es una combinación del despertar de apetitos naturales, y una sociedad dada a la inmoralidad desenfrenada que los padres les pasan a los hijos. Esto explica la degradación de nuestra sociedad.
Si hacemos caso omiso de Dios, no podemos menos que sufrir las consecuencias, y éstas producen desprecio por todo lo moral y lo puro. Por un lado somos víctimas de inclinaciones pecaminosas heredadas de la caída de nuestros primeros padres, y por el otro tenemos la flojera moral de nuestra sociedad, que ofrece un ambiente propicio para vivir en el pecado. Con razón nos estamos hundiendo.
¿Cuál es la solución? Dios. Dios en el corazón. Dios en la vida. Dios en la familia. Dios en la sociedad. El día en que toda la raza humana obedezca los mandamientos morales de Dios, habrá paz en este mundo.
¿Cómo llegamos a conocer a Dios? Por medio de su Hijo Jesucristo. Sólo tenemos que abrirle nuestro corazón y darle entrada. «Mira que estoy a la puerta y llamo —dice el Señor—. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo» (Apocalipsis 3:20). Esa es la única solución.
sábado, 15 de agosto de 2009
El verdadero amigo
Juan 15:13 Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos.
Romanos 5:8 (NVI)Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.
Dos amigos lidiaban juntos en la guerra como soldados, un día uno de ellos, al ver que su compañero no volvía de una batalla, fue a su comandante y le dijo:
Señor, mi amigo no ha regresado de batalla, solicito permiso para ir a buscarlo.
¿Está loco Soldado?, claro que no tiene permiso, no quiero que arriesgue usted su vida por un hombre que probablemente ya está muerto.
Pero el soldado hizo caso omiso de la orden y salió en busca de su compañero, una hora mas tarde regresó mortalmente herido, transportando el cadáver de su amigo. El comandante furioso le dijo:
Le dije que había muerto. Ahora he perdido a dos hombres, no merecía la pena ir allá para traer un cadáver.
Claro que si lo merecía Señor, cuando yo lo encontré todavía estaba vivo y pudo decirme: “Estaba seguro que vendrías”
Esta es una demostración de una verdadera amistad, tal vez no conozcas en tu vida un ejemplo de una amistad como ésta, quizás hasta por el contrario muchos te digan “no mereces el esfuerzo, no hay caso contigo”.
Pero debes saber que hay alguien que sí hizo esto por ti, alguien que sufrió lo indecible para que tú no tuvieras que sufrir, alguien que con su sacrificio se llevó tus dolores, ansiedades, enfermedades, esclavitudes. Ese alguien quiere que le conozcas y le sigas, ese alguien es tu verdadero amigo, ese alguien es Cristo, el mismo Dios tan cercano que bajó de su trono para hacerse semejante a nosotros, ¿por qué entonces no permitirle que entre a tu vida?.
Solo pídeselo, puedes estar seguro que lo hará. Dios te bendiga
Amor Incondicional
Mateo 22:36-39 Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante...? ...Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente... Ama a tu prójimo como a ti mismo.
El soldado, quien finalmente regresaba a casa después de la guerra, llamó a sus padres a San Francisco y les dijo:
Mama y Papa, voy de regreso a casa, pero tengo un favor que pedirles. Tengo un amigo que quisiera llevar conmigo. Claro Hijo, respondieron sus padres, nos encantaría conocerlo.
Pero hay algo que deben de saber, dijo el soldado, fue herido gravemente durante la guerra. Pisó una mina y perdió un brazo y una pierna. No tiene a donde ir, y yo quiero que se venga a vivir con nosotros.
Lamento escuchar eso hijo. Tal vez lo podamos ayudar a encontrar un lugar donde vivir.
No, Mama y Papa, yo quiero que viva con nosotros.
Hijo, dijo el papá, tu no sabes lo que estas pidiendo. Alguien con semejantes limitaciones seria una terrible carga para nosotros. Nosotros tenemos nuestras propias vidas y no podemos permitir que algo así nos interfiera. Yo creo que tu solo deberías venir a casa y olvidarte de ese muchacho. El encontrará una forma de vivir el solo.
A ese punto, el hijo colgó el teléfono. Los padres no escucharon nada mas de su hijo. Días después, recibieron una llamada del departamento de policía de San Francisco. Su hijo se había muerto después de caer de la azotea de un edificio. La policía dice que fue suicidio. Los devastados padres volaron hasta San Francisco y fueron llevados a la morgue para identificar el cuerpo de su hijo. Ellos lo reconocieron, pero para su horror, también descubrieron algo que no sabían, su hijo solo tenía un brazo y una pierna.
Sobran las palabras ante el horror del rechazo y de la falta de misericordia; cuando el amor debe estar libre de acomodamientos y condiciones, lo hacemos dependiente de nuestra comodidad y muchas veces de nuestra conveniencia.
Jesucristo hace aproximadamente 2000 años contó la historia de cómo un samaritano ayudó a un hombre que había sido herido por ladrones y tirado en el camino, un hombre que había sido rechazado por religiosos, personas que supuestamente eran buenas, o al menos así querían mostrarse, personas que iban a la iglesia y daban de lo que les sobraba, que hasta hacían donaciones a instituciones de caridad, pero con toda su bondad habían dejado de hacer el bien a alguien que lo necesitaba.
A veces nos jactamos de que somos buenos, que hacemos buenas obras, que no dañamos a nadie, que vivimos una vida sin tacha, ¿pero hemos examinado si hacemos el bien cuando tenemos la oportunidad de hacerlo?, o simplemente pasamos de largo ante la necesidad de muchos otros en aras de nuestra comodidad y seguridad.
viernes, 14 de agosto de 2009
¿A dónde corres?
Salmo 61:2-4 Desde los confines de la tierra te invoco, pues mi corazón desfallece; llévame a una roca donde esté yo a salvo. Porque tú eres mi refugio, mi baluarte contra el enemigo. Anhelo habitar en tu casa para siempre y refugiarme debajo de tus alas.
Mi amigo cuenta la historia de algo que sucedió mientras su papa estaba cazando venados en los bosques de Oregon. Con el rifle acunado en el hueco de sus brazos, su padre iba por un antiguo camino de leñadores casi borrado por la exuberante espesura. Caía la tarde y estaba pensando en regresar al campamento cuando oyó un ruido en los arbustos cerca de él. Antes de que tuviera oportunidad de levantar el rifle, un bultito castaño y blanco corrió hacia él a toda velocidad.
"Todo sucedió tan rápido, que papa apenas tuvo tiempo de pensar. Miró hacia abajo y allí estaba un conejillo castaño (en extremo agotado) acurrucado contra sus piernas entre sus botas. La cosita temblaba como una hoja, pero allí estaba sin moverse. Esto era sumamente raro, los conejos silvestres tienen miedo de la gente, y ni siquiera es fácil llega a ver alguno... mucho menos uno que venga y se siente en nuestros pies.
Mientras papa trataba de encontrarle explicación a aquello, otro actor entró en la escena: Mas abajo en el camino una comadreja saltó al camino, cuando vio a mi padre (y a la que consideraba su presa, sentada a sus pies) el predador quedó congelado, el hocico jadeante, los ojos con un brillo rojo. Entonces comprendió papá que había irrumpido en medio de un pequeño drama de vida y muerte en el bosque. El conejillo, exhausto por la persecución, estaba a solo minutos de la muerte. Papá era su última esperanza de refugio. Olvidando su natural recelo y miedo, el animalito instintivamente se había pegado a el buscando protección de los afilados dientes de su implacable enemigo".
El padre de mi amigo no lo decepcionó: alzó su rifle, apuntó y disparó al suelo justo debajo de la comadreja. El animal pareció saltar casi recto al aire un par de pies y entró disparado hacia el bosque de nuevo, a toda velocidad que sus patas se lo permitían.
Durante un rato el conejillo no se movió. Siguió echadito allí, acurrucado entre los pies del hombre, en la tarde que caía poco a poco, mientras él le hablaba suavemente. ¿A donde fue, chiquitín?. No pienso que te molestara por un tiempo. Parece que esta noche te has librado de la trampa. Pronto el conejillo se fue saltando, alejándose de su protector para entrar en el bosque.
¿A dónde corres en momentos de necesidad; a dónde corres cuando te persiguen predadores como los problemas, las preocupaciones y los temores; dónde te escondes cuando tu pasado te persigue como un lobo implacable tratando de destruirte; dónde buscas protección cuando las comadrejas de la tentación, la corrupción y la maldad amenazan con vencerte; a dónde te vuelves cuando tu energía se agota... cuando la debilidad te embarga y sientes que no puedes huir por mas tiempo; te vuelves a tu protector, aquel que está firme con los brazos abiertos, esperando que vuelvas y te refugies en la seguridad de todo lo que Él es?.
miércoles, 12 de agosto de 2009
Afilando el hacha
Mateo 11:28-29 Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma.
Un hombre muy joven llegó a un campo de leñadores con el objetivo de obtener un empleo.
Durante su primer día de labores, trabajó muy duro y logró un excelente resultado, taló muchos árboles. El segundo día, en cambio, aunque trabajó tal vez más duro que el primer día, no obtuvo mejores resultados, solo consiguió talar la mitad de árboles del día anterior.
Durante el tercer día, se propuso talar tantos árboles como el primero, pero su producción no reflejaba su esfuerzo. Golpeaba casi con furia el hacha contra los árboles, pero obteniendo cada vez menos resultados.
El capataz estuvo observándolo desde el comienzo de su labor, al ver su esfuerzo y sus resultados se acercó al joven y le preguntó: ¿Se te ha ocurrido que tal vez el hacha esté necesitando una afilada?.
El joven respondió desconcertado: "Realmente no he tenido tiempo de hacerlo, he estado demasiado ocupado cortando árboles".
¿Te has sentido alguna vez como este joven?, ¿golpeas con fuerza ese problema y no consigues una solución?, ¿le metes muchas ganas a un proyecto y no ves que se tenga ningún progreso?, ¿de pronto estás luchando con todas tus fuerzas por conseguir tener una mejor relación con tu familia?, ¿cuál es ese árbol que intentas derribar y no lo consigues?. ¿Te has preguntado si es acaso que necesitas parar ya tu afán, y preguntarte qué es lo que está pasando?.
Tú y yo tenemos muchas preguntas, andamos por la vida con afanes, estrés, rabia y finalmente todo esto nos fatiga de tal manera que no conseguimos avanzar por más que lo deseemos, haz un alto en el camino y medita en tu corazón, busca a Dios, acércate al Maestro y él te ayudará.
Agonía de un adolescente
Isaías 9:6-7 Porque nos ha nacido un niño, Dios nos ha dado un hijo, al cual se le ha concedido el poder de gobernar. Y le darán estos nombres: Admirable en sus planes, Dios invencible, Padre eterno, Príncipe de la paz. Se sentará en el trono de David; extenderá su poder real a todas partes y la paz no se acabará...
Números 6:25-26 Que el Señor te mire con agrado y te muestre su bondad; que el Señor te mire con amor y te conceda la paz.
En el barrio dicen que soy malo, me tienen miedo. Mis amigos me traicionan, su saludo es "Hasta nunca compañero". De pronto, escucho unos ruidos, no soy capaz de sostenerme y caigo. Me toco, estoy mojado de un líquido rojo, se me acerca la gente y oigo que dicen: "Gracias a Dios lo mataron, porque ese iba a ser tremendo".
Siento la agonía en mi mente, no puedo moverme. ¿Cuándo llegué aquí?, Me siento muy solo, tengo una sensación de amargura y sólo espero encontrar un poco de simpatía, pero no puedo hallarla. Veo cientos de cuerpos en mal estado como el mío. Me han puesto un número y me han colocado en un sitio que dice "Fallecidos con armas de fuego".
El día de mi muerte era como otra cualquiera. Lo último que recuerdo fue que apresuré el paso para sobrepasar a una anciana desesperada. Escuché unos ruidos aterradores y sentí un horrible dolor, me sentí a mí mismo gritando. De repente desperté, todo estaba muy tranquilo, un policía se encontraba a mi lado, luego vi al médico. Mi cuerpo estaba cubierto de sangre, lo raro era que no sentía nada. ¡Por favor no me cubran con esa sábana, no puedo estar muerto!
Me metieron en una nevera. Mis padres me identificaron. ¿Por qué tenía que ver sus lágrimas?, ¡Por favor, alguien que se compadezca de mí, que me despierte; "Sáquenme de aquí, no quiero ver llorar de esa manera a mis padres". ¡Por favor, no me entierren! Si me dan otra oportunidad, juro que seré el mejor hijo de la tierra. Yo no era malo, hacía las cosas porque me admiraban, pero ahora me doy cuenta. ¡Dios mío, sólo tengo 16 años...!
Esta es solo una de las miles de historias que a diario viven nuestros niños y adolescentes, en el mundo todos los días mueren de esta forma, buscando algo que no saben qué es, cómo se llama o cómo se consigue, pero que produce felicidad. La sociedad nos ha vendido la idea del amor y la paz con muchas mentiras, nos ha vendido la idea de que la felicidad está en el sexo, el licor, el dinero, las posesiones, un bonito cuerpo, o incluso en una pirámide, una vela, una piedra y otras miles de cosas inservibles, y mientras tanto nuestro muchachos mueren sin poder encontrar esa identidad, esa paz.
Se nos ha olvidado lo que Dios nos ha dicho a través de los años y los siglos, algo que es muy sencillo, envió a su propio Hijo para que con su muerte pudiéramos obtener paz, sustento, felicidad, prosperidad, amor, pero hay algo que ha querido desviarnos de esa verdad, hay algo o alguien que no quiere que conozcamos esta verdad.
Es nuestra obligación hacer que más seres humanos cada día conozcan que Dios ya hizo todo para que fuésemos felices, envió a su hijo. Cuando ha ausencia de paz tenemos a Cristo el príncipe de Paz, cuando no hay amor tenemos a Cristo que es Amor de Dios, cuando no hay palabras tenemos a Cristo la Palabra de Vida, cuando hay un gran vacío tenemos a Cristo el Pan de Vida. Solo hace falta acercarse a él y pedirle que sea el todo en nuestra vida. ¿Quieres acercarte y conocerle?
martes, 11 de agosto de 2009
Al abrigo del Altísimo
Salmo 91 El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente... Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro...
Hace algunos años en el Parque Natural de Yellowstne ocurrió un incendio forestal muy grande, los guardabosques iniciaron una larga jornada montaña arriba para valorar los daños del incendio.
Uno de ellos encontró un pájaro literalmente petrificado, posado en la base de un árbol con sus alas extendidas. Un poco asombrado por el espeluznante espectáculo le dio unos golpecitos al pajarillo con una vara. En ese instante salieron tres diminutos polluelos escabulléndose bajo las alas de su madre ya muerta.
La amorosa madre, en su afán de impedir el desastre, había llevado a sus hijos a la base del árbol y los había acurrucado bajo sus alas, instintivamente conociendo que el humo tóxico ascendería. Ella podía haber volado para encontrar su seguridad, pero se había negado a abandonar a sus bebes. Cuando las llamas llegaron y quemó su pequeño cuerpo ella permaneció firme. Porque había decidido morir para que aquellos que estaban bajo sus alas pudiesen vivir.
Esta historia nos muestra la magnitud del amor maternal, pero más precioso y más grande es el amor de nuestro Dios, el amor de Dios prevalece, por eso debemos estar confiados en él, sabiendo que debajo de sus alas estamos seguros. ¿Deja que sus alas te cubran?
lunes, 10 de agosto de 2009
Ámala
1ª Corintios 13:4-8;13 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta…Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.
Un hombre fue a visitar a un consejero y le dijo que ya no quería a su esposa y que pensaba separarse. El sabio lo escucho, lo miro a los ojos y solamente le dijo una palabra:
“Ámala"…
Pero es que ya no siento nada por ella …
"Ámala"
Y ante el desconcierto del visitante, después de un oportuno silencio, el viejo agrego:
Amar es una decisión, no un sentimiento. Amar es dedicación y entrega. Amar es un verbo y el fruto de esa acción es el amor.
El Amor es un ejercicio de jardinería: Arranca lo que hace daño, prepara el terreno, siembra, se paciente, riega, procura y cuida.
Debes Estar preparado porque habrá plagas, sequías o excesos de lluvias, mas no por eso abandones tu jardín.
Ama a tu pareja, es decir, acéptala, valórala, respétala, dale afecto y ternura, admírala y compréndela.
"Eso es todo, Ámala".
Cuánto nos hace falta practicar las palabras de este consejero, la Biblia habla acerca del amor, Dios es Amor, y su máxima expresión está en la obra que Cristo hizo por toda la humanidad y como consecuencia lógica el amor debe abundar en nosotros, beneficiados Por su entrega, Dios te enseña sobre el amor:
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta…Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. 1ª Corintios 13:4-8;13
Ayúdame!
¡Salmo 40:11-13 Y tú, Señor, ¡no me niegues tu ternura!¡Que siempre me protejan tu amor y tu fidelidad! Pues me han pasado tantas desgracias que ni siquiera las puedo contar. Me han atrapado mis propias maldades; ¡hasta he perdido la vista! Son más que los pelos de mi cabeza, y hasta el ánimo he perdido. Señor, por favor, ¡ven a librarme! Señor, ¡ven pronto en mi ayuda!
Lo siento mucho papá, porque creo que ésta es la última vez que me podré dirigir a ti. En serio lo siento mucho. Es tiempo de que sepas la verdad.
Voy a ser breve y claro: la droga me mató papá. Conocí a mis asesinos a eso de los 15 ó 16 años. Es horrible. ¿no es cierto? ¿sabes cómo fue?. Un ciudadano elegantemente vestido, muy elegante realmente, y que se expresaba muy bien nos presentó a nuestro futuro asesino, la droga. Yo intenté rechazarla. De veras lo intenté, pero este señor se metió en mi dignidad diciéndome que yo no era hombre.
No es necesario que diga nada más, ¿no es cierto?... Ingresé al mundo de las drogas. No hacía nada sin que las drogas estuvieran presentes. Yo sentía que las demás personas y la droga, mi amiga, sonreían y sonreían... ¿Sabes papá?, cuando uno comienza, encuentra todo ridículo y muy divertido. Incluso a Dios lo encontraba ridículo.
Hoy, en este hospital reconozco que Dios es lo más importante en el mundo, se que sin su ayuda no estaría escribiendo lo que escribo.
Papá, no vas a creerlo, pero la vida de un drogadicto es terrible. Uno se siente desgarrado por dentro. Es terrible y todos los jóvenes deben saberlo para no entrar en eso.
Yo no puedo dar tres pasos sin cansarme. Los médicos me dicen que me voy a curar; pero cuando salen del cuarto mueven la cabeza.
Papá, sólo tengo 19 años y sé que no tengo chance de vivir. Es muy tarde para mí, pero tengo un último pedido para hacerte: habla a todos los jóvenes que conoces y muéstrales esta carta. Diles que en cada puerta de los colegios y en cualquier aula, en cada facultad, en cada boliche o en cualquier lugar, puede haber siempre un hombre elegante que va a mostrarles a su futuro asesino, el que destruirá sus vidas. Por favor, haz eso papá, antes de que sea demasiado tarde para ellos también. Perdóname papá, ya sufrí demasiado. Perdóname por hacerte sufrir también con mis locuras. Adiós, querido papá. Te amo.
sábado, 8 de agosto de 2009
Buenos días
Isaías 55:6 Busquen al Señor mientras puedan encontrarlo, llámenlo mientras está cerca. Porque mis ideas no son como las de ustedes, y mi manera de actuar no es como la suya. Así como el cielo está por encima de la tierra, así también mis ideas y mi manera de actuar están por encima de las de ustedes.El Señor lo afirma.
Cuando te levantabas esta mañana, te observaba y esperaba que me hablaras, aunque fuera unas cuantas palabras, preguntando mi opinión o agradeciéndome por algo bueno que te haya sucedido ayer.
Pero noté que estabas muy ocupado buscando la ropa adecuada para ponerte e ir al trabajo. Seguía esperando de nuevo, mientras corrías por la casa arreglándote, esperé que hubieran unos cuantos minutos para que te detuvieras y me dijeras Buenos días, pero estabas demasiado ocupado.
Por eso encendí el cielo para ti, lo llené de colores y dulces cantos de pájaros para ver si así me oías. Pero ni siquiera te diste cuenta de esto.
Te observé mientras ibas rumbo al trabajo y esperé pacientemente todo el día. Con todas tus actividades supongo que estabas demasiado ocupado para decirme algo.
De regreso ví tu cansancio y quise rociarte un poco para que el agua se llevara tu estrés, pensé agradarte para que así pensaras en mi, pero enfurecido ofendiste mi nombre. Deseaba tanto que me hablaras aún quedaba mucho tiempo.
Después encendiste el televisor, esperé pacientemente mientras lo veías y cenabas, pero nuevamente olvidaste hablar conmigo. Te noté cansado y entendí tu silencio, así que opaqué el resplandor del cielo, pero no te dejé a oscuras, lo cambié con un lucero, en verdad fue hermoso, pero no estuviste interesado en verlo.
A la hora de dormir, creo que ya estabas agotado. Después de decirle buenas noches a tu familia, caíste en tu cama y casi de inmediato te dormiste, acompañé con música tu sueño, mis animales nocturnos se lucieron, no hay problema, porque quizás no te das cuenta que siempre estoy ahí para ti.
Tengo más paciencia de la que te imaginas. También quisiera enseñarte cómo tener paciencia para con otros. TE AMO tanto que espero todos los días por una oración. Bueno te estás levantando de nuevo y otra vez esperar, sin nada más que mi amor por ti.
Que tengas un buen día !!!!
Tu amigo DIOS
La palabra de Dios está llena de promesas para los que le buscan y le aman, todas estas promesas son para ti si tan solo escuchas su voz y le sigues. En Apocalipsis el Señor dice "He aquí yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, cenaré con él y él conmigo".
Jesucristo toca a las puertas de tu corazón todos los días, ¿oyes su voz?, entonces abre la puerta y déjale pasar, cambiará tu vida, para tu bien
viernes, 7 de agosto de 2009
Ceguera
Efesios 5:13-15 Pero cuando todas las cosas son puestas al descubierto por laluz, quedan en claro, porque todo lo que se deja poner en claro, participa de la luz. Por eso se dice: "Despierta, tú que duermes; levántate de entre los muertos, y Cristo te alumbrará." Por lo tanto, cuiden mucho su comportamiento. No vivan neciamente, sino con sabiduría.
Dos hombres, gravemente enfermos, compartían el mismo cuarto en un hospital. A uno de ellos lo hacían sentar una hora por día recostado en su respaldo para favorecer un drenaje. Su cama daba a la única ventana del cuarto. La cama del otro, en la otra extremidad quedaba al margen de toda posibilidad de ver hacia afuera.
Los enfermos, tanto como podían, pasaban horas conversando desde sus camas, evocando sus familias, sus trabajos, sus amigos, sus viajes... Cuando sentaban al enfermo de la ventana en su cama, éste pasaba su hora de tratamiento describiendo a su compañero lo que veía al exterior. Había un hermoso bosque en donde frecuentemente se veían animales. Un lago en donde los cisnes nadaban y los niños entusiasmados hacían navegar sus barquitos a vela. Un césped y un jardín en donde se diría que las flores habían sido coloreadas por el arco iris. El enfermo del otro extremo del cuarto, desde hacía días había comenzado a vivir de nuevo a través de las animadas escenas descritas por su amigo de la ventana. Este le contaba que los jóvenes enamorados caminaban unidos por el brazo. Más lejos dos esposos se divertían con sus niños haciendo volar un barrilete.
Y ahora, cosa inesperada, una banda de músicos uniformados con vivos colores pasaba a lo largo del lago atrayendo los paseantes. Claro que la ventana cerrada impedía a los enfermos oír la música. Lástima, pero evidentemente y a juzgar por el entusiasmo de la gente descrito por el relator, debían tocar muy bien.
Mientras el hombre de la ventana describía las imágenes que desfilaban ante sus ojos, el otro cerraba los suyos e imaginaba las pintorescas escenas. Los días y las semanas pasaban, y cada día el hombre del fondo del cuarto esperaba con cierta ilusión las descripciones de su amigo.
Una mañana, la enfermera llegó para lavar a los pacientes, y encontró con tristeza el cuerpo sin vida del enfermo de la ventana que se había ido apaciblemente durante el sueño. Llamó a los dependientes del hospital para que retiraran el cuerpo.
Tiempo después, y tan pronto como le pareció oportuno, el otro enfermo, no sin tristeza pidió a la enfermera si podía desplazarlo al lugar de la ventana. Esperaba ver por sus propios ojos las coloridas imágenes que durante tantos días su amigo le había transmitido.
La enfermera, contenta de poder proporcionarle ese servicio, lo cambió de lugar, y en cuanto constató que el enfermo estaba cómodo lo dejó sólo. Lentamente éste se deslizó en su cama, hasta lograr incorporarse lo suficiente para mirar a través de la ventana.
Pero para su inesperada sorpresa, delante de él y pocos metros hacia afuera, se interponía un enorme muro blanco. Contrariado, el enfermo preguntó más tarde a la enfermera, cuál razón habría llevado a su compañero fallecido a describirle tantas falsas escenas. "Imposible que las viera", contestó la enfermera, su compañero era ciego, y evidentemente no podía ni siquiera ver el muro de enfrente.
Los ojos del corazón a veces ven mas que los ojos del cuerpo, a veces el poder ver es estar ciego, ciego incluso a la belleza de todo lo que Dios creó para nosotros, nos enfrascamos en los afanes de la vida, en el trabajo, el estudio, el conseguir dinero, posesiones, reconocimiento, poder; entonces perdemos el verdadero sentido de la existencia, perdemos la capacidad de ver la belleza de lo que nos rodea, nuestro hogar, nuestros hijos, nuestra familia, llegamos incluso a la peor de las cegueras, NO VEMOS A DIOS.
jueves, 6 de agosto de 2009
Compromiso
Número 23:19 Diosno es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará?Habló, ¿y no lo ejecutará?
Ese día entró con paso firme a la joyería y pidió que le mostraran el mejor anillo de compromiso que tuviera. El joyero le presentó uno, la hermosa piedra, solitaria, brillaba como un diminuto sol resplandeciente.
El muchacho contempló el anillo y con una sonrisa lo aprobó. Pregunto luego el precio y se dispuso a pagarlo.
-¿Se va usted a casar pronto? - Le pregunto el joyero."
-¡No! - Respondió el muchacho - Ni siquiera tengo novia."
La muda sorpresa del joyero divirtió al comprador. "Es para mi mama - dijo el muchacho - Cuando yo iba a nacer estuvo sola; alguien le aconsejo que me matara antes de que naciera, así se evitaría problemas, pero ella se negó y me permitió vivir.
Tuvo muchos problemas... Muchos. Fue padre y madre para mí y fue amiga y hermana, y fue mi maestra. Me hizo ser lo que soy. Ahora que puedo le compro este anillo de compromiso. Ella nunca tuvo uno. Yo se lo doy como promesa de que si ella hizo todo por mí, ahora yo haré todo por ella. Quizás después entregue otro anillo de compromiso. Pero será el segundo.
Compromiso, es una palabra para muchos de nosotros talvez extraña o pasada de moda, cuando escuchamos esta palabra muchos quisieran salir huyendo y muchos lo hacen. Compromiso exige entrega, amor, pasión por lo que se hace.
El diccionario dice que compromiso es una obligación contraída por medio de un acuerdo, promesa o contrato; dice también que es una dificultad, apuro o situación embarazosa; también dice que es un documento en que se firma una obligación; se relaciona esta palabra con pacto y empeño.
Tal vez en tu vida has hecho muchos compromisos, cumples algunos y otros no y estoy casi seguro de que alguien alguna vez ha incumplido un compromiso contigo, tenemos una tendencia natural a ser poco comprometidos, a no colocar empeño por cumplir una obligación o una promesa.
Pero ante este panorama sí existen promesas que se cumplen y pactos que se llevan a cabo, y estos son las que Dios ha hecho con TODA la humanidad, la cual nos incluye a ti y a mí. Él ha prometido una vida eterna a su lado si la aceptas, ha enviado a su hijo para abrir el camino hacia Él, solo tienes que aceptar la obra que Cristo hizo en la cruz por todos y seguirle. La Biblia dice "Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? Número 23:19".
Como Joe
Juan 3:16 Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único,para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna.
Joe trabajaba en una oficina londinense. Un día, un colega le pidió que le prestara cinco libras esterlinas.
No puedo, es todo lo que me queda.
Está bien -dijo su compañero riéndose irónicamente-; conozco tu secreto.
¿Qué secreto? - preguntó Joe.
Eres desertor del ejército.
Joe sacó su billetera y sin decir nada entregó la suma pedida. Desde ese día vivió angustiado, y el otro empleado no dejaba de importunarlo con pedidos de dinero y amenazas de denuncia.
Pero un día, en la oficina de correos, Joe leyó una proclamación de la reina. En ocasión del jubileo de su reinado, ella otorgaba una amnistía a los desertores que se presentaran antes de una fecha determinada. Al día siguiente Joe se apresuró a confesar su falta al magistrado, quien le entregó un acta de perdón.
Algunos días más tarde, cuando el compañero volvió a repetir su chantaje, Joe le mostró el edicto de gracia, del que había sido objeto. Este hombre nunca más trató de amenazarle, Joe ya no tenía nada qué esconder, era un hombre libre.
¿Cuántos de nosotros hemos estado o estamos aún en la situación en que Joe estuvo?, estamos siendo de alguna forma sometidos y manipulados por alguna cosa que hayamos hecho, ¿podemos levantar sin miedo el rostro y hacerle frente sin temor al que trate de intimidarnos?. El asunto no es cuántos somos infalibles, sin errores o que no nos equivocamos, el asunto es mas bien cuántos de nosotros tenemos la valentía de reconocerlo y pedir perdón por ello.
Nosotros no somos culpables ante una reina, somos culpables ante Dios. Pecamos y, por consiguiente, estamos alejados de él para siempre. Pero por Cristo el Padre decretó una amnistía para todos, solo tienes qué pedirla y será tuya, ya Cristo pagó por ella.
No permitas que tu vida pase y se extinga sin conocer la maravillosa libertad que Cristo gratuitamente compró para ti, a precio de sangre, por amor a ti.
martes, 4 de agosto de 2009
¿Cómo construyes tu casa?
Hageo 1:5-8 Yo, el Señor todopoderoso, les digo que piensen bien en su conducta. Ustedes siembran mucho, pero cosechan poco; comen, pero no sesienten satisfechos; beben, pero se quedan con sed; se abrigan, pero no entran en calor; y el que trabaja a jornal, echa su salario en saco roto... ...Vayan a las montañas, traigan madera y construyan de nuevo el templo. Yo estaré allí contento, y mostraré mi gloria.
1 Pedro 2:4-5 Acérquense, pues, al Señor, la piedra viva que los hombres desecharon, pero que para Dios es una piedra escogida y de mucho valor. De esta manera, Dios hará de ustedes, como de piedras vivas,un templo espiritual, un sacerdocio santo, que por medio deJesucristo ofrezca sacrificios espirituales, agradables a Dios.
Un carpintero ya entrado en años estaba listo para retirarse. Le dijo a su Jefe de sus planes de dejar el negocio de la construcción para llevar una vida mas placentera con su esposa y disfrutar de su familia. Él iba a extrañar su cheque mensual, pero necesitaba retirarse, superarían esta etapa de alguna manera. El Jefe sentía ver que su buen empleado dejaba la compañía y le pidió que si podría construir una sola casa mas, como un favor personal. El carpintero accedió, pero se veía fácilmente que no estaba poniendo el corazón en su trabajo. Utilizaba materiales de inferior calidad y el trabajo era deficiente. Era una desafortunada manera de terminar su carrera.
Cuando el carpintero terminó su trabajo y su Jefe fué a inspeccionar la casa, el Jefe le extendió al carpintero las llaves de la puerta principal. "Esta es tu casa," - dijo, "es mi regalo para ti.". Que tragedia! Que pena! Si solamente el carpintero hubiera sabido que estaba construyendo su propia casa, la hubiera hecho de manera totalmente diferente. Ahora tendría que vivir en la casa que construyó "no muy bien" que digamos!
Así que está en nosotros. Construimos nuestras vidas de manera distraída, reaccionando cuando deberíamos actuar, dispuestos a poner en ello menos que lo mejor. En puntos importantes, no ponemos lo mejor de nosotros en nuestro trabajo. Entonces con pena vemos la situación que hemos creado y encontramos que estamos viviendo en la casa que hemos construido. Si lo hubiéramos sabido antes, la habríamos hecho diferente.
Piensa como si fueras el carpintero. Piensa en tu morada eterna. Cada día clavamos un clavo, levantamos una pared o edificamos un techo. Construyan con sabiduría. Es la única vida que podrás construir. Inclusive si solo la viven por un día más, ese día merece ser vivido con gracia y dignidad.
La placa en la pared dice; "La Vida Es Un Proyecto de Hagalo-Usted-Mismo". Nuestra estadía en este mundo, es la construcción de nuestra casa en el cielo... ¿Cómo la estás construyendo?
lunes, 3 de agosto de 2009
¿Cómo se mide la vida?
Proverbios 1:7 El temor del Señor es el principio del conocimiento; los necios desprecian la sabiduría y la disciplina.
Santiago 1:5 Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie.
La vida no se mide anotando puntos, como en un juego. La vida no se mide por el número de amigos que tienes, ni por cómo te aceptan los otros.
No se mide según los planes que tienes para el fin de semana o por si te quedas en casa sólo. No se mide según con quién sales, con quién solías salir, ni por el número de personas con quienes has salido, ni por si no has salido nunca con nadie.
No se mide por las personas que has besado. No se mide por la fama de tu familia, por el dinero que tienes, por la marca del coche que manejas, ni por el lugar donde estudias o trabajas.
No se mide ni por lo guapo ni por lo feo que eres, por la marca de ropa que llevas, ni por los zapatos,ni por el tipo que música que te gusta.
La vida simplemente no es nada de eso.
La vida se mide según a quién amas y según a quién dañas. Se mide según la felicidad o la tristeza que proporcionas a otros. Se mide por los compromisos que cumples y las confianzas que traicionas.
Se trata de la amistad, la cual puede usarse como algo sagrado o como un arma. Se trata de lo que se dice y lo que se hace y lo que se quiere decir o hacer, sea esto malo o bueno.
Se trata de los juicios que formulas, por qué los formulas y a quién o contra quién los comentas. Se trata de a quién no le haces caso o ignoras adrede. Se trata de los celos, del miedo, de la ignorancia y de la venganza.
Se trata del amor, el respeto o el odio que llevas dentro de ti, de cómo lo cultivas y de cómo lo riegas. Pero por la mayor parte, se trata de sí usas la vida para alimentar el corazón de otros.
Yo y solo yo escojo la manera en que voy a afectar a otros y esas decisiones son de lo que se trata la vida. como también a todos los que están a su alrededor.
Finalmente uno termina reconociendo que es necesaria la sabiduría para la vida, esa que nos enseña cómo debemos actuar y cómo, cuándo y en qué dirección debemos caminar. Cuando esa sabiduría es aplicada a nuestra vida se convierte en principios, valores, otro podría decir ética, pero igual es algo que nos mueve por amor y lealtad. ¿Cómo conseguir esta sabiduría?, el sabio Salomón decía “El temor del Señor es el principio del conocimiento; los necios desprecian la sabiduría y la disciplina” y siglos más tarde Santiago escribió “si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie”.
Pídele entonces ahora al Señor Jesucristo que entre en tu vida, y pídele entonces que te dé esa sabiduría que es tan necesaria para poder definir tu vida.
Dios te bendiga.
sábado, 1 de agosto de 2009
De un amigo
Proverbios 17:17 En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia.
Enero 15: ¿Cómo te fue en Navidad y Año Nuevo?, Llamé para saludarte pero no te encontré, que lastima. Quería contarte lo bien que la pase y todo los propósitos que espero cumplir este año. Imagino que ya iniciaste clases y que agobio con el trabajo, a todos nos pasa a veces. Ojalá pronto podamos hablar. Tengo que contarte muchas cosas
!!Marzo 27: Aun no sé de ti.. Y aunque te mando muchos emails, nunca me respondes. Es posible que tengas muchas ocupaciones... Ya sé!! ... Lo más probable es que te hayas tomado las merecidas vacaciones de las que me hablaste hace 5 meses. ¿Recuerdas que te dije que la playa era genial?? Y ese hotel del que me contaste ha de ser hermoso. Ojalá la estés pasando bien.
Mayo 8: Ayer me sucedió algo terrible... y no tengo nadie a quien contarle. Te llamé pero solo escuché tu voz en el contestador? Deje un pequeño mensaje, ojalá y no se borre. Me gustaría mucho poder contarte el gran problema que tengo, aunque ya sé que es imposible encontrarte en tu casa a esta hora. Pero como tú decías, Yo siempre hago una tormenta en un vaso de agua. Tal vez mis problemas no son tan agobiantes... debo ser mas fuerte.
Julio 27: Feliz Cumpleaños!!.. Te he llamado 2 veces. Tu mamá y hermanos ya me alucinan!!. Me dicen que aún no llegas de la universidad y que por la tarde tienes tu trabajo y pues.. Hasta esta noche te puedo encontrar, solo quiero decirte que te deseo lo mejor y que me gustaría seguir siendo parte de tu vida por muchos años más.
Septiembre 17: Recibí tu email. El chiste estaba gracioso. No sé si te enteraste, pero estuve unos días en el hospital. Nada grave, un pequeño dolor de cabeza. Algo así como la migraña que siempre has padecido. El Doctor quiere hacerme unos estudios para estar seguros que todo me "funcione bien". Y yo le digo que estoy tranquilo, aunque en el fondo siento una profunda tristeza.
Octubre 12: Ayer fue mi cumpleaños. Comprendo que lo hayas olvidado, hace tiempo que no hablamos y bueno... tu tienes mucho que hacer. Esperaba que llamaras para decirme "te estas haciendo viejo!!", ¡Pero por mas que el teléfono sonó no eras tú!.. Sabes, desde mis días en el hospital me he sentido algo débil, tal vez sea que no me he estado cuidando bien. Ahora recuerdo que es época de exámenes. Lo más seguro es que estés batallan con Álgebra y por eso no llamaste... Siempre fuiste malísimo en álgebra.
Octubre 20: Algo me funciona mal, está en mi cabeza, el doctor dice que necesito quimioterapia antes de que avance más mi problema. Yo digo que saldré adelante, confío en Dios, pero mis papás se ven muy preocupados. Ojalá tuvieras tiempo de llamarme. Siempre sabes decir las palabras exactas cuando la depresión embarga mi alma.
Noviembre 30: Quimioterapia... Es lo peor. Mi cabello se empieza a caer tengo muchas nauseas y casi ni me levanto de la cama. Mis uñas se caen en pedazos. ¡¡Mis uñas!! Si me vieras ahora, creo que no me reconocerías, bajé de peso y casi he perdido la mitad de mi cabellera. Sé que ayer fue el primer día de tu trabajo. Tu no me lo has dicho, pero me enteré por otra persona que me dijo que habló contigo? y... bueno él me lo contó. Ojalá que en este trabajo todo te salga excelente.
Enero 11: Al fin, ahora estoy descansando de todo. Recuperé mi cabello y mis uñas volvieron. No mas nauseas ni dolores. Aquí hay mucha paz y tranquilidad aunque a veces me mortifica saber que mis papás siguen llorando por mí. Desde aquí puedo ver lo que haces. Sé que no te has enterado de lo que sucedió conmigo. Hoy conociste a alguien que lleva el que era mi nombre... ¿Curioso no?... recuerdo que siempre dijiste que mi nombre era extraño y tú pensaste: "¿Hace cuánto que no le hablo?".
Marzo 4: Hace 1 mes que te enteraste. ¿Trágico no?. Y hoy visitaste mi tumba y me llevaste tulipanes, mis flores favoritas. Estuviste platicando con la placa que lleva mi nombre y, mientras recordabas nuestras aventuras... te vi llorar. Me hubiera gustado estar ahí para abrazarte, consolarte y limpiar tus lágrimas, sin embargo, ya no estoy. ¡Hey! Pero lo importante es que yo estoy feliz, solo me entristece saber que tú no lo estas. ¡¡Y no es cierto eso que dices!!... ¡¡Siempre fuiste buen amigo!!
Abril 7: No te culpes por eso. A veces uno esta tan agobiado que se le olvida respirar. Es cierto lo que dices mientras aprietas esa foto nuestra cuando íbamos juntos a la escuela. Cuantas cosas vivimos junto y cuantas quisiste contarme. Perdiste la oportunidad. Si, es cierto. Desperdiciaste el tiempo en cosas que tal vez no eran tan importantes como pensabas.Yo no te culpo.. aun aprecio el tiempo en el que fuimos amigos y, si volviera a tener la oportunidad de repetir todo, no lo pensaría dos veces, pues sabría que al final todo sucedió para que mi amigo reaccionara y viviera su vida, sin preocuparse por cosas sin importancia, para mí siempre serás mi amigo... mi mejor amigo...
"En todo tiempo ama al amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia".
Proverbios 17:17¿Amas a tus amigos?, ¿Eres su hermano en tiempo de angustia?. La amistad es la más grande expresión de amor que Dios puso en nuestro corazón por los demás, Dios sabiamente decretó el amar al amigo, a través de esto Él puede consolarte, ayudarte, levantarte y animarte. Acércate a Jesucristo, él es la fuente de ese amor.
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